martes, 4 de marzo de 2014

"FARABEUF" DE SALVADOR ELIZONDO

“Advertimos que la función genuina de un escritor es producir una obra maestra y que ninguna otra finalidad tiene la menor importancia”, advierte Cyril Connolly en su genial ensayo La tumba sin sosiego. Una obra maestra es una pieza que alcanza un máximo nivel artístico que se logra cuando el orden entre el contenido y la forma es integral. Relación intrínseca que va más allá de la bealdad a la unidad, absoluta. Detrás de una obra maestra se encuentra su concreción, tema de mi tesis, por ello desmenuzaré las fases del proceso de creación de Farabeuf de Salvador Elizondo. Escogí Farabeuf para analizar el proceso de creación de Salvador Elizondo no por ser su obra maestra, y la más popular, sino porque de los géneros que explotó a través de la escritura, en esta novela disímil en la poética elizondiana se puede analizar su concreción moderna donde se erige un relato y un discurso aprehensible. Entre la hoja en blanco y la obra se construye el autor y se conforma la labor creativa; sobre ello versa esta tesis. Solo a partir de cuestionarse el proceso de creación puede entenderse a sí mismo y reconocerse en la palabra. De esa forma se cumple lo que Salvador Elizondo estipula: “La verdad de una novela es siempre la lucha que el escritor entabla consigo mismo; con ese y eso que está creando. La composición es simplemente la confusión de las palabras y los hechos.” En su primera novela, realista con relato deformado y un discurso vanguardista, se encuentra el proceso de creación. Elizondo recurre al acto creativo, a la reformulación de la realidad a partir de la palabra, y en ninguna obra lo podemos ver tan claramente como en Farabeuf, el proceso que va más allá de la escritura en sí. Lo que pertenece al terreno del autor, a ese ser conformado por el escritor, enfrascado en la creación, en la conformación de un material ambiguo que se imprimirá en grafías. Como aclara Blanchot, “la tarea del artista es indagar en la profundidad abierta del poema, lo que lo origina, el extraño movimiento que va de la obra hacia el origen de la obra, la obra misma convertida en la inquieta e infinita búsqueda de su fuente: una mirada sobre sí misma”. En 1961 Georges Bataille publica Las lágrimas de Eros, donde analiza los vínculos entre erotismo y muerte, con un estudio iconográfico sorprendente, que va de las culturas prehispánicas hasta China. En el aparatado final del libro, Bataille muestra una fotografía de principios del siglo XX, sobre una tortura china conocida como Leng T’ ché o de los cien pedazos, donde un hombre amarrado a una estaca es supliciado. La imagen es brutal, tanto que Salvador Elizondo queda prendado de la fotografía, como aclara en su Autobiografía precoz y ese mismo año la reproduce en su revista S. Nob. La fotografía lo había hechizado: “un hecho que en resumidas cuentas fue el origen de una obra que emprendí algunos meses después y que se vería publicada con el título de Farabeuf o la crónica de un instante”. A partir de, y entorno, a la fotografía arma su novela crucial. Farabeuf se debate entre la memoria y el palimpsesto a partir de la fotografía -vaso comunicante entre el motivo, el argumento y la estructura que conforman el libro. Sobre la imagen se erige la novela y por ende, es el hilo sobre el que podemos transitar para entender el proceso creativo de Elizondo. Para entender el proceso creativo en el sentido referido, tomaré como punto de partida las dos fases que Mario Vargas Llosa desarrolla en su ensayo García Márquez: Historia de un deicidio. En la primera etapa conforma la vocación del escritor como suplantador de realidad y la elección de los temas, elementos regidos por el inconsciente y la ausencia de decisión, lo que popularizó con el término de “demonios”. En la segunda etapa, el artista determina la forma, es decir, la trama, la estructura y el estilo. El proceso de lectura –externo o del autor (corrección)- no forman parte de la creación, y por ello no serán analizados. Elizondo, sin ser un teórico, conformó su poética en torno a la escritura y el proceso creativo. En Los narradores ante el público entabla su “ideología literaria”: “la literatura es simplemente la actividad mediante la que se transcribe el mundo de las formas y el mundo de las ideas; el mundo de la realidad y el mundo de la Idea, a términos de lenguaje.”. Analizar ese proceso, que convierte y conforma al mundo real en idea y se concretiza en escritura, es el objetivo de esta tesis.

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