miércoles, 1 de mayo de 2013
EL ETERNO GUIMARÃES (La búsqueda de la eternidad y el manejo del tiempo en "La tercera orilla del río " de João Guimarães Rosa)
Demonios en cada falange
lunes, 2 de agosto de 2010
miércoles, 28 de julio de 2010
Curso de intertextualidad: música y literatura
Duración : 60 horas (20 sesiones)
Horario: martes de 17 a 20 hrs.
Fechas: del 17 de agosto de 2010 al 25 de enero de 2011
Costo: $5,700 (en dos pagos de $2850)
Informes e inscripciones: División de Educación Continua (Facultad de Filosofía y Letras, UNAM). Ciudad Universitaria. Lunes a viernes, 9:30 a 14:00 y 17:00 a 20:00 horas. Teléfonos: 56-22-18-56 y 56-22-18-57. www.filos.unam.mx/dec/
Presentación. La relación entre la música y la literatura es una faceta que aún no ha recibido la atención que merece de los estudios literarios. Materia fundamental, pues la palabra y la música siempre han estado hermanadas. Al inicio, el hombre balbuceó sonidos, después les dio significado simbólico y los convirtió en palabras, pero en este proceso milenario, la esencia musical se mantuvo, y se intensificó en tres vertientes: soporte textual, ritmo escénico o con fines litúrgicos. La esencia social del hombre descansaba sobre la unión de los símbolos y el sonido, de las palabras y la música, hasta que con la abstracción musical, se incidió la relación entre las disciplinas artísticas. Los cantos ceden ante las piezas instrumentales, la oratoria se encubre ante la mirada perpleja que recorre caracteres impresos. El diálogo ritual y artístico deja de ser un decir para convertirse en un escuchar y leer, con la pasividad y no con la entrega a la Palabra que conforma la creación-relación léxico ritual.
Es en las creaciones populares, como la canción, y en géneros multitextuales, como el operístico, donde se mantuvo la musicalización de textos literarios; y los matices musicales se traducen en palabras a través de la crítica, brillantes notas sin música. Pero hasta el siglo veinte la música y la narrativa se unen e intercambian vertientes de estilo, estructura, temática, discurso y crítica; confirmando que “se han establecido analogías estructurales y emocionales entre ciertos aspectos de la música y ciertos aspectos de la literatura”, como aclara Jean-Jacques Nattiez.
Las analogías son abstractas, porque la música dispara sensaciones, recuerdos y emociones, de una forma menos racionalizada, más personal; en cambio la literatura permite el intercambio de ideas e impresiones. La intertextualidad se genera cuando el proceso de metaforización, como lo define el musicólogo español Juan Miguel González, genera un vínculo estructural y no sólo vocálico.
Bajo estas características se debe entender esta faceta multidisciplinaria, por lo que en el curso abordaremos las relaciones que existen en obras artísticas que ejemplifican la intertextualidad en torno a variantes de estilo, estructura, temática y discurso, a partir de ejemplos de diferentes esencias culturales y tratamientos: en el ámbito literario nos enfocaremos en novelas del siglo XX, y en el musical las obras transitarán del siglo XVIII al XX.
Es fundamental crear críticos intertextuales, que se centren en en el análisis de la obra y en la difusión de las artes. Forma en que podrán unir los senderos de crítica y de creación, pues como bien decía Octavio Paz al crear Vuelta, un país sin crítica es un país ciego, sin futuro; y la crítica es base de la conformación de nuevos lenguajes artísticos.
Objetivo
1) Fomentar la crítica intertextual, desmarcándose del estudio monotemático, así como el acercamiento a tendencias estéticas contemporáneas.
2) Al concluir el curso, los estudiantes tendrán las herramientas para poder analizar una obra musical y un texto literario, así como las relaciones entre estas disciplinas artísticas.
Metodología. Se analizarán los textos literarios y se escucharán en clase las obras musicales relacionadas.
La relación intertextual, será estudiada con varias teorías y dinámicas. No es posible, ni sano, utilizar sólo un enfoque pues, como dice Umberto Eco, "una obra de arte, forma completa y cerrada en su perfección de organismo perfectamente calibrado, es asimismo abierta, posibilidad de ser interpretada de mil modos diversos sin que su irreproducible singularidad resulte por ello alterada." Por ello, cada estudiante se acercará a los textos y las obras de una forma personal. Las herramientas para comprenderlo se basarán en la hermenéutica, es decir la comprensión de un texto / obra musical ( no "reconstruir" el primer sentido del texto sino marcar el intervalo temporal que se genera entre el horizonte de expectativa y el de experiencia advirtiendo la diferencia que separa -o que une- las referencias de producción y recepción); y estructurales, enfocándonos en los elementos que conforman cada disciplina y los que comparten (Principios estructurales y formas fundamentales de la música; formas de enunciación narrativa y niveles narrativos)
Público al que va dirigido. Estudiantes y público en general que esté interesado en la relación intertextual que se genera entre la música y la narrativa.
CONTENIDO:
1. Introducción (Una sesión)
• Acercamiento a los elementos históricos e intertextuales en torno a la música y la literatura, que utilizaremos en el curso.
2. Elementos y estructura de la música (Dos sesiones)
• Elementos de la música: Ritmo, melodía, timbre y armonía.
• Principios estructurales: Repetición por variación, repetición por tratamiento fugado, repetición por desarrollo y por simetría.
• Formas fundamentales: Forma sonata, formas libres, ópera y drama musical, variaciones populares –jazz, rock-, entre otros.
3. Elementos y estructura literaria (Dos sesiones)
- Formas de enunciación narrativa: Identidad del narrador, punto de vista, entre otros.
- Elementos literarios: Argumento, historia, forma y ritmo, uso de personaje y dimensión espacio-temporal.
- Niveles narrativos: Relación entre la narración y el mundo narrado; la posición temporal y enunciativa del acto de la narración; funciones narrativas y del discurso.
4. Intertextualidad, referencialidad y écfrasis (Dos sesiones)
• Las perspectivas teóricas sobre la intertextualidad y la referencialidad.
• Écfrasis musical.
5. Narratividad musical (Dos sesiones)
• ¿Es posible la narratividad en la música y la musicalización narrativa?
• Discusión de los artículos de Nattiez y González Martínez sobre la narrativización musical.
6. Música con tema literario (Dos sesiones)
• La creación de un universo musical a través de un libro.
• Relación y reconfiguración en La tempestad de Jean Sibelius, basada en la obra de William Shakespeare.
7. Texto sobre un intérprete musical (Dos sesiones)
• Cómo convertir los sonidos musicales en asimilación léxica.
• Cómo e l lector se apodera de la musicalidad por medio de la literatura, en Novecentode Alessandro Baricco .
8. Literatura con estructura musical (Dos sesiones)
• Narrar a partir de una obra multi-instrumental.
• Conformar una novela, El acoso de Alejo Carpentier, desde la perspectiva musical, de laTercera sinfonía de Beethoven
9. La literatura y la música popular (Dos sesiones)
• Cortázar y el jazz. (Lectura de El perseguidor de Julio Cortázar y su relación con la música de Charlie Parker)
10. Conclusiones, presentación y discusión de los trabajos finales. (Tres sesiones)
Acreditación. El estudiante acreditará con 80% de asistencia, lectura de los textos que se discutirán en clase y un trabajo final.
Evaluación. El alumno escribirá un trabajo final, en formato de ponencia académica, donde analice la relación entre la literatura y la música en una obra elegida por el alumno.
sábado, 12 de julio de 2008
REBOLLEDO: SEDIENTA POESÍA ERÓTICA
"Sin la literatura no existiría el erotismo. El amor y el placer serían más pobres, carecerían de delicadeza y exquisitez, de la intensidad que alcanzan educados y azuzados por la sensibilidad y las fantasías literarias[1]"
Por ello la gente que lee ama; tal vez ama igual, en el sentido básico de la palabra, pero el que se deja llevar por la magia de las letras recibe y da más. Goza al otro como un ser múltiple y se auto-revalora como amante.
En la literatura como en la vida el amor es dulce y perfecto, pues no permite errores ni complacencias: es el amante y la amada, uno por el otro. En cambio, el placer es violento pues se basa en la lucha uno contra otro, en la encabritada fricción producida por un asesinato sangriento o por un canibalismo metafórico. El hombre que se refugia en el placer es un ser que embarga un egoísmo puro y que lo lleva a asesinar cada vez que puede a su pareja, hasta que un repentino orgasmo lo libera y lo vuelve dócil y manso; en ese momento está listo para amar. Cuando ama busca el placer y se convierte en un ser dual que no puede vivir sin una parte y sin la otra, para ello crea el erotismo, donde se juntan los gritos y los susurros que anidan en el fondo del ser y fluyen lentamente mientras el cuerpo es recorrido.
La poesía es dadora de placer y el cuerpo es receptor inmaculado de lenguaje. El poeta es amante y amado a la vez.
Efrén Rebolledo (1877-1929) escribe cuando los demás callan. Habla de amores eróticos, nombra pasiones sin nombre, y restituye la sexualidad poética que en México se ocultaba tras el puritanismo y la “decencia” obligada por Carmen Romero y los cientísicos o los poetas post-revolucionarios. Rebolledo lucha contra la estrechez mexicana, importa propuestas exóticas, ya sean producto de sus lecturas europeas, principalmente francesa, o de los años que residió en el extranjero, sobretodo Japón, por su carrera diplomática; Rebolledo crea una poética firme y propositiva, que ha permanecido oculta para la historia literaria, pues aunque Nervo haya dicho esto, Rebolledo es un desconocido.
Efrén Rebolledo cultivó la poesía, transformaba el lenguaje para crear imágenes potentes, como se muestran en el poemario Caro Victrix, que significa “carne victoriosa”, atinado título para resumir el amor por la carne y la victoria de la poesía. Lo que rompe con la idea simplista de Bataille[4] y logra un poemario preciso y precioso, donde la excitación y el deleite se conjugan, pues como dijo Villaurrutia
"los doce poemas de Caro victrix son lo más intensos y, hasta ahora, los mejores poemas de amor sexual de la poesía mexicana.[5]"
Con este poemario singular, Rebolledo reinó como el poeta erótico de las letras mexicanas. Ahora tenemos a Paz, Sabines, Francisco Hernández y muchos más que emulan la frase de Octavio Paz “Amor sin erotismo no es amor y erotismo sin sexo es impensable e imposible”. El erotismo poético mexicano está de moda. Pero Don Efrén fue el primero y con Caro Victrix muestra la pulcritud de su lenguaje, las imágenes revueltas, el ritmo y la rima precisa, casi matemática; demuestra que es un artífice que fue más allá de las corrientes parnasianas y modernistas que lo impulsaron y se aleja de la idea de cisnes o claros de luna para tomar elementos fuertes, como rosas encendidas, vampiros, serpientes, despojos carnívoros, genitales lubricados, erecciones escondidas, mujeres amándose sin invitar al poeta, lectores erotizados por la soledad.
En Caro Victrix cada paso del erotismo se plasma en los doce sonetos, desde el momento que las caricias comienzan hasta que lánguido espera el momento previo a la pérdida orgásmica del ser, como se ve en el poema “Posesión”
que gime cuando pasa el torbellino,
gemiste de delicia y congoja
la muerte vampiresca.
Rebolledo refleja el erotismo despojado de los sentimientos amorosos. Y la carne victoriosa no permite contemplaciones sino fricciones, agresiones poco amorosas donde el respeto es por el cuerpo no por la esencia de la persona, como se manejaba en el siglo XIX. Y mientras los labios conjugan, las palabras van erizando la piel, recreando ideas erógenas. El erotismo es el asesinato amoroso. En las primeras dos décadas del siglo XX hablar de asesinatos amorosos era pecaminoso; hablar del erotismo en las relaciones homosexuales, debía ser una perversión. Por ello “El beso de Safo” adquiere un valor revolucionario, que se conjuga con el estético. Desde el inicio, el poeta nos confirma que las mujeres se funden, se vuelven dos, manifiesto que antes sólo era aplicado para la pareja heterosexual.
EL BESO DE SAFO
Más pulidos que el mármol transparente,
más blanco que los blancos vellocinos,
se anudan los dos cuerpos femeninos
en un grupo escultórico y ardiente.
Ancas de cebra, escorzos de serpiente,
combas rotundas, senos colombinos,
una lumbre los labios purpurinos,
y las dos cabelleras un torrente.
En el vivo combate, los pezones
que se embisten, parecen dos pitones
trabados en eróticas pendencias,
y en medio de los muslos enlazados,
dos rosas de capullos inviolados
destilan y confunden sus esencias.
Después de fundirse la batalla, las mujeres se vuelven animales (cebras, serpientes) encendidos con “una lumbre los labios purpurinos / y las dos cabelleras un torrente”. Y comienzan a luchar por el orgasmo, hasta confundir sus esencias. Las palabras que utiliza en este poema Reboledo son acertadas y certeras. Un combate amoroso es el sexo y Efrén los recita sin tapujos, un gran acierto. La victoria siempre será de la carne.
Bibliografía
Rebolledo, Efrén, Caro victrix, en Antología del modernismo, prol. y selec. José Emilio Pacheco, Era-UNAM, México, 1999.
Alligheri, Dante, La Divina Comedia. M. E. Editores, Madrid, 1995
Bataille, Georges, Lo imposible, Premia- La nave de los locos, México, 1980.
---, El erotismo, Tusquets, Barcelona, 1998.
Lawrence, D.H., Sexo y literatura, México, Fontamara, 1999.
Sade: moral del libertino, en La tempestad, núm 18, mayo-junio 2001
Seres, Guillermo, La transformación de los amantes. Crítica, Barcelona, 1996
Vargas Llosa, Mario, Un mundo sin novelas, en Letras libres, núm 22, México, 2000.
[1] Vargas Llosa, Un mundo sin novelas, p. 40
4 Glantz, Poesía y erotismo, p. 8
[3] Nervo, citado en Antología del modernismo.., p. 290
[4] “Resulta singular venir a mostrar que la actividad sexual, rebajada habitualmente al rango de carne comestible, tiene el mismo privilegio que la poesía. Es cierto que la poesía, hoy en día, quiere ser provocativa y tiende al escándalo siempre que puede”. Bataille, El erotismo, p. 159
[5] Villaurrutia, Prólogo a poesías escogidas de ., p. 14
[6] Seres, La transformación de los amantes, p. 139
[7] Lawrence, D.H., Sexo y literatura, p. 52
LA SEÑORITA ESTRIDENTISTA
A principios de la segunda década del siglo veinte, América Latina y Europa estaban más cerca que nunca, unidas por la derrota. Ante la desolación, la forma y elucubraciones modernistas de Darío, Martí y compañía eran ilegibles, por ello se aceptan los postulados europeos de la mano de los latinoamericanos que allá residieron, como Huidobro para el creacionismo o Borges en el ultraísmo; a ellos se les une el estridentismo, que surge entre los años 1921 y 1927, e irrumpe con una serie de manifiestos que dan pie a la literatura contemporánea en México.
El estridentismo nace de la mano de Manuel Maples Arce, con los manifiestos publicados en Actual, y poco a poco se rodea de seguidores, como Kyn Taniya, List Arzubide, Arqueles Vela, Gallardo, entre otros, y toman elementos de corrientes vanguardistas de Europa, principalmente del Futurismo y lo mezclan con “mole de guajolote”. El estridentismo busca “La posibilidad de un arte nuevo, juvenil, entusiasta y palpitante, estructuralizado novidimensionalmente, superponiendo nuestra recia inquietud espiritual, al esfuerzo regresivo de los manicomios coordinados, con reglamentos policíacos, importaciones parisienses de reclamo y pianos de manubrio en el crepúsculo. La exaltación del tematismo sugerente de las máquinas, las explosiones obreriles que estrellan los espejos de los días subvertidos. Vivir emocionalmente. Palpitar con la hélice del tiempo. Ponerse en marcha hacia el futuro.” Como determinan en su segundo manifiesto estridentista. Abogan por los avances modernos y su repercusión social, ya sea la narración del cosmopolitismo y las metrópolis; la predilección tecnológica en forma (las metáforas estridentistas), como en fondo (los personajes), apoyando la frase de Marinetti: “un auto de carrera es más hermoso que la Victoria de Samotracia”, y aún más hermoso es la metrópoli, el telégrafo, el ascensor, el celuloide, los teléfonos, las locomotoras, los cláxones de los autos, los anuncios luminosos… entre un largo etcétera. Tan largo como las señoritas que deambulan en la novela de Arqueles Vela.
Arqueles Vela (1889-1978) escribió dentro del estridentismo tres relatos cortos: “La señorita etcétera” de 1922, “El café de nadie” y “Un crimen provisional” ambos de 1926, publicados por Ediciones de Horizonte en Jalapa, Veracruz. Vela fue el cultivador del cuento y la prosa estridentista, en diarios capitalinos como “El Universal Ilustrado”, donde un año después del inicio estridentista publica La señorita etcétera, la primera novela vanguardista hispanoamericana, y desaparecida de la historia literaria pues ese mismo año se publica La tierra baldía de Eliot, Ulises de Joyce y Trilce de César Vallejo. Aunque la fuerza narrativa sea menor que las tres obras contemporáneas, La señorita Etcétera reúne elementos destacables. Como bien dice Evodio Escalante, la novela “se trata de una prosa veloz, relampagueante, inusitada en el uso de los verbos, y que organiza el relato a través de cuadros o escenas de corta duración. Con este texto se inicia propiamente la narración fragmentaria.”
La narración fragmenta espacios y descarta tiempos precisos, por ello, la ciudad adquiere un punto determinante; los espacios conforman a los personajes, y a través de las locaciones se reconstruye la historia, cambia la realidad y el personaje se sumerge en una lucha indiferente contra la realidad, como en el expresionismo alemán.
"Cualquier ciudad me hubiese acogido con la misma indiferencia. En todas partes tendría que ser el mismo […] Me acostumbraría a vivir detrás de una puerta o en el hueco de una ventana. Sólo. Aislado. Incomprendido... Como no hablo más que mi propio idioma, nadie podrá comunicarse conmigo.”
El personaje es un solitario que siempre busca mas no encuentra; un ser que se pierde entre sus mapas imaginarios: en el cine, en el café, en el hotel, en la peluquería, en el tranvía, en cada lugar que el protagonista recorre, el espacio se convierte en parte del ser, pero la misma ciudad lo expele. Esta actitud la justifica Vela, al crear un personaje pueblerino que llega a una metrópoli. El vacío que experimentan los personajes, sólo es llenado por la transfiguración de la realidad.
"Bajo el azoramiento de las calles desveladas de anuncios luminosos, me dejaba estrujar por sus turistas, sus mujeres elegantes, sus “snobs” de la moda y del sistemático vagar por las aceras desenfrenadas."
Los estridentistas, al igual que los contemporáneos, se sumergen entre las calles adoquinadas de México y abandonan el campo revolucionario. Las metrópolis son su espacio y el constante peregrinar por sus calles los lleva a conformar la primera literatura urbana en México. Antes del siglo XX, la ciudad de México era una ciudad grande, poblada y cercada por el campo, después fue un centro cosmopolita, donde la gente caminaba
Aunque uno de los postulados estridentistas es la veneración de la urbe, en La señorita Etc., el protagonista-autor, habla del miedo a la mecanización, de la deshumanización, y en ello se aleja de la vanguardia mexicana, para centrarse en la alemana.
La ciudad se convierte en metrópoli por la gente, pero la maravilla se suscita por los avances tecnológicos, desde el telégrafo hasta el tren, de los coches ruidosos a los aviones invisibles, por todos los cambios vertiginosos de la ciencia y su aplicación cotidiana: Esta pasión estridentista por las máquinas se muestra en el siguiente pasaje de una forma precisa y preciosa, en el que compara el funcionamiento tecnicista con la descripción de la fisonomía, los sentimientos y las emociones de los personajes.
El orgasmo se esconde en amperes, se distribuye por hertz, y provoca espasmos eléctricos mucho mayores que cualquier sentimiento humano. En La señorita etcétera observamos la deshumanización, tan popular en la ciencia ficción de los años 50´s, y el enamoramiento en torno a la generalización. Para mostrar esto, Vela conforma una de las frases más despampanantes y terroríficas a la vez, de la literatura vanguardista, donde los adjetivos más precisos son los tecnocráticos.
Por este tipo de comparaciones, se considera a los estridentistas, como simples copias burdas de los futuristas, que adoraban la tecnología y la veían como la prolongación del hombre inteligente. Ello se cree porque Marinetti, al ser el primero en conformar una vanguardia, se erige como efigie transformadora, y sus postulados pasan a otras vanguardias. Uno de los postulados más repetidos determina que los retratos de la realidad son en movimiento.
Además, la velocidad de los trenes, de los cines, de los albores del siglo XX son conflictivos, porque dominan la esencia de la velocidad, nosotros nos centramos en la ansiedad por el instante perdido. Esta velocidad desfragmenta, porque en lugar de ver el todo ven una suma de instantes que no da pie al paisaje sino a la unión de símbolos cubistas que muestra la imagen como un mosaico, donde no hay anécdota, ni argumento, ni personajes delineados; pues se basan en una asociación de elementos imposibles de concretar, determinados por la lógica espacial, y vistos desde varios enfoques.
Si todo es prestidigitación, nunca descubrimos las esencias de la historia, ni el constante buscar del personaje, pero vislumbramos el inicio de la literatura irregular en México, una literatura atrevida que apuesta por la inteligencia del lector, sin concederle pausas, con cambios temporales-espaciales y creando esa rapidez que buscaban porque en un sueño de doscientos kilómetros que, como determina Schneider, “tiende a apresar una emoción intelectualizada con base en una libre asociación de imágenes, líricas desde todo punto de vista y sin ninguna relación descriptiva.”
Presentía sus miradas etc… sus sonrisas etc… sus caricias etc… Estaba formada de todas ellas…
Era la Señorita Etc.
Compleja de simplicidad, clara de imprecisa, inviolable de tanta violabilidad"
La señorita Etcétera, da pie a la literatura vertiginosa que se cosecha en los 50´s, y revoluciona una literatura que en momentos se aletarga. Esperemos que en estas épocas, los escritores convulsionen las letras latinoamericanas cargadas de sopor.
Bibliografía
VELA, Arqueles, “La señorita etcétera” en Luis Mario Schneider, El estridentismo o una literatura de la estrategia, CONACULTA, México, 1997.
Escalante, Evodio, “Ochenta años de la Señorita Etcétera” en Placeres permitidos, La Jornada semanal, 10 de marzo del 2002.
Schneider, Luis Mario, “introducción” en El estridentismo: La vanguardia literaria en México, UNAM, México, 1999
− El estridentismo o una literatura de la estrategia, CONACULTA, México, 1997.
Schwartz, Jorge et al., Las vanguardias latinoamericanas, Tierra firme, FCE, México, 2002.